Esto hacen sectas islamistas como Hamás con sus propios niños:
Lavado de cerebro
Para llegar a ese punto se requiere una previa destrucción absoluta de la personalidad. Los niños, las personas más vulnerables, son sometidos a un lavado de cerebro que según los expertos tardaría entre 5 y 8 años para crear un suicida convencido.
Escudos humanos, escudos infantiles, víctimas del fanatismo asesino.
Dejo por último la escena en que terroristas de Hamás obligan por la fuerza a que pequeños inocentes actúen como sus sacos terreros defensivos. Si consiguen evitar así el fuego, objetivo cumplido; si el niño muere, objetivo doblemente cumplido pues la guerra mediática siempre se decantará a favor de la hipocresía. Es lo que Gustavo Bueno llama «el panfilismo humanista» contra la razón.
El problema de las sectas y del fundamentalismo de las religiones monoteístas, son producto de la decadencia de la sociedad occidental y avance irrefrenable de una globalización imperfecta.
ResponderEliminarEl fracaso de la teoría de la modernización y la agonía de la democracia producen un sentimiento de apatía, frustración y desamparo en las diferentes capas de la sociedad.
El deseo de formar parte de una identidad colectiva, tras el deterioro de los Estados- nación promueven estas organizaciones que cada día ganan más adeptos fanáticos.
Esto produce sucesos tan escalofriantes como la Tragedia de Jonestown.
Estupendo blog.
un saludo