Esto hacen sectas islamistas como Hamás con sus propios niños:
Lavado de cerebro
Para llegar a ese punto se requiere una previa destrucción absoluta de la personalidad. Los niños, las personas más vulnerables, son sometidos a un lavado de cerebro que según los expertos tardaría entre 5 y 8 años para crear un suicida convencido.
Escudos humanos, escudos infantiles, víctimas del fanatismo asesino.
Dejo por último la escena en que terroristas de Hamás obligan por la fuerza a que pequeños inocentes actúen como sus sacos terreros defensivos. Si consiguen evitar así el fuego, objetivo cumplido; si el niño muere, objetivo doblemente cumplido pues la guerra mediática siempre se decantará a favor de la hipocresía. Es lo que Gustavo Bueno llama «el panfilismo humanista» contra la razón.